miércoles, 30 de septiembre de 2009

CON SOLO MIRARTE

Una cámara y una mina para cagarla a baile durante toda la peli. Esa parece ser la receta del danés Lars Von Trier. Hace rato que esto es evidente: Lars tiene una idea muy singular acerca de la mujer y no parece ser muy positiva. O no le estamos pescando los chistes.

Y que lo digan si no Emily Watson, Björk o Nicole Kidman con todos los tormentos que han debido pasar en sus películas con este señor. No vi ni Manderlay ni Idioterne, pero no tengo indicios de que la cosa vaya a ser muy diferente. De hecho en Manderlay repite el esténcil y la representación claustrofóbica-teatral de Dogville. Película en la que, al menos, al final la australiana saborea la venganza. Pero primero, dunga dunga aunque elija la muerte.

En esta oportunidad, con Antichrist (2009), es el turno de Charlotte Gainsbourg, que ya la había tenido que parir (bueno, precisamente eso buscaba: parir) con su marido enfermo, Sean Penn, en 21Grams (Alejandro González Iñarritu, 2003).

Ni bien arranca la proyección, pareciera que va a compartir la carga de la desgracia con su esposo (Willem Dafoe). Pero el tipo es psicólogo y la tiene re-clara, se seca los mocos y se pone a ayudar a su amada. Igual la cosa parece que se va a dar vuelta, pero en un pire, la bonita Charlotte se saca la cosa más sagrada que tiene el cuerpo de una mujer. Lo otro sagrado se lo saca su marido. Y a la mierda todo: Lars ataca de nuevo.

Pero en medio de tanto sexo, locura mística, mutilaciones y animalitos del bosque que te miran raro, esta película deja ver un detalle revelador. O al menos eso quiero pensar, como para empezar a entender a este tipo al que por alguna razón no puedo terminar de detestar (aún cuando no comparto ni una coma de su aparente ¿misoginia?). Y eso que se compró todos los números de la rifa del puntinazo en el orto. ¡Pero qué directores de fotografía que se contrata el guacho! ¿Será morbo? ¿Estaré tan hecho mierda? ¿O simplemente soy un burgués librepensador seguro de su espítu crítico y por eso sigo mirando sus películas?

¿El dato revelador? Este fotograma.
Como dice la canción de Bersuit Vergarabat: "yo seré grasún, pero no soy grosero", así que no les voy a contar un detalle de la peli, que tiene algo de importancia en medio de la sangre, el sudor, las lágrimas y el semen. Y el piso. En los pisos de esta película pasa de todo: sean de cemento, de tierra o de madera. Es más: con este fotograma ya les estoy señalando un detalle a buscar, porque cuando este plano se ve en la película "el tema" pasa completamente desapercibido.

Pero evidentemente doña Von Trier, hacía con su hijo lo mismo que la protagonista de Antichrist con el suyo. Porque algo de eso tiene que haber. Si no, no sé. Seguiré buscando en Idioterne, en Manderlay o esperaré que estrene Melancholia.

Eso sí: para muchos, lamentablemente el pequeño Lars no terminó como el nene de la peli. Y todavía no sé si no me incluyo.

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