viernes, 9 de abril de 2010

PUDO HABER SIDO HOYO EN UNO

Lo que a mí me pasó con la película "Hierro 3" del coreano Kim Ki-duk no sé si sea algo que pueda pasarle a cualquiera.

Primero déjenme aclarar que no me siento parte de una elite que entiende "cine difícil" y que habla desde ese pedestal a un montón de simples mortales atragantados en pochoclo. Nada de eso.

Lo que digo es que no sé si es lícito que se espere de cualquier plateista la santa paciencia que le he podido tener a cierta bobera del director.

Dicho esto, puede resultar extraño que ante un ansioso "¿y? ¿te gustó o no te gustó? ¿ah?", yo conteste que sí, que me gustó mucho.

Ya sé, suena raro, pero vayamos por partes: la historia es sencillamente hermosa. Una fábula poética sobre el amor y la vida moderna con final feliz. Pero hay peros.

"Al que le guste el durazno que se aguante el carozo" decía mi abuela. Y acá el carozo es cierta tendencia del director a explicar los chistes. Es como si Maradona, cada vez que dejaba desairado a un inglés en el estadio Azteca, tomara la pelota, volviera sobre sus pasos diciendo "¿se dieron cuenta de lo que hice, no?" y repitiera el movimiento. Y la verdad es que eso, más lo poco feliz de alguna que otra metáfora y lo inverosímil de algunas situaciones, bien pueden provocar una (entendible) deserción en el intento de llegar al final. Por momentos a Kim Ki-duk la pelotita se le atasca en un bunker (y sí, algún chiste golfístico tenía que meter dado el título).

¿Cómo hace el trigo para sobrevivir a tanta paja (dicho en todos los sentidos posibles del término)? No sé cómo hace pero, para mi gusto, sobrevive.

Muy delicado (aunque pueda ser muy áspero para ciertos paladares) es el silencio que reina en gran parte del film. Los que hablan son "los otros". Y los malos (la policía, un marido golpeador) hablan muchísimo y para decir sólo pelotudeces. Pero ambas cosas son inherentes a lo que el director quiere contar. Y están muy bien. Al protagonista masculino, de hecho, sólo le oiremos quejidos de dolor cuando se coma algún que otro golpe (que no son pocos a lo largo del film). Y lo poco que habla la heroína (necesario, exacto, acertado) es sólo para expresar su cambio de ánimo.

Casi que este juego de silencios y palabras es lo que disculpa aquellas cosas que pueden resultar más forzadas o incómodas. Es por ese lugar por donde transita la poética de la obra.

Hermosa fotografía, buenas actuaciones, lindas casas, linda moto. Linda peli.

"Hierro 3" (Bin-jip, 2004) escrita y dirigida por el surcoreano Kim Ki-duc.

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